Aspectos generales de la práctica
Al practicar las artes internas debemos saber que entramos en el sistema energético de nuestro cuerpo, es decir un terreno que normalmente funciona sin nuestra conciencia. Por lo tanto hay que tratarlo con respeto y procurar no crear desordenes para lo cual los ejercicios tienen una preparación, una duración y un final.
La práctica requiere a parte del sitio adecuado, ropa cómoda y una actitud abierta e interesada. Para mi es la actitud como se practica, la ilusión y la perseverancia lo más importante. Al fin y al cabo, es lo que define el éxito de poder aprender y aprovechar estas enseñanzas milenarias. Si practicamos los ejercicios sin la alegría y la conciencia del corazón desaprovechamos la mitad de los posibles beneficios y el desarrollo mental y espiritual se queda a medias.
Todas las artes de este tipo conllevan en común el encuentro con uno mismo, el camino hacia el reconocimiento propio, hacia la esencia de cada uno. Habitualmente estamos más fuera de casa que dentro. Llevar la mente a casa, un tema central de la meditación tanto en movimiento como estática, es lo que nos proporciona equilibrio, salud, bienestar y armonía. Practicando estas técnicas con el corazón y el amor aportamos una energía especial que da vida a los movimientos, y un simple ejercicio se vuelve muy profundo y poderoso.
Al practicar las artes internas debemos saber que entramos en el sistema energético de nuestro cuerpo, es decir un terreno que normalmente funciona sin nuestra conciencia. Por lo tanto hay que tratarlo con respeto y procurar no crear desordenes para lo cual los ejercicios tienen una preparación, una duración y un final.
La práctica requiere a parte del sitio adecuado, ropa cómoda y una actitud abierta e interesada. Para mi es la actitud como se practica, la ilusión y la perseverancia lo más importante. Al fin y al cabo, es lo que define el éxito de poder aprender y aprovechar estas enseñanzas milenarias. Si practicamos los ejercicios sin la alegría y la conciencia del corazón desaprovechamos la mitad de los posibles beneficios y el desarrollo mental y espiritual se queda a medias.
Todas las artes de este tipo conllevan en común el encuentro con uno mismo, el camino hacia el reconocimiento propio, hacia la esencia de cada uno. Habitualmente estamos más fuera de casa que dentro. Llevar la mente a casa, un tema central de la meditación tanto en movimiento como estática, es lo que nos proporciona equilibrio, salud, bienestar y armonía. Practicando estas técnicas con el corazón y el amor aportamos una energía especial que da vida a los movimientos, y un simple ejercicio se vuelve muy profundo y poderoso.
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